Una campaña política es algo
muy serio y ser aspirante a una candidatura más. El candidato debe conocer muy
bien sus fortalezas y debilidades con el único fin de estar al tanto sobre los escenarios
en los que puede entrar con toda su capacidad y sortear todas las situaciones y,
también, obtener la seguridad de saber en qué terrenos no debe de meterse ni
salirse del guión. Al final del día, es un problema de la lúcida lectura que se
haga de las situaciones que se tienen frente a uno.
Durante los últimos años, he
visto a muchos candidatos fallar en sus aspiraciones y destrozar las preferencias
electorales a su favor o, por lo contrario, no subir en las preferencias por
errores tácticos y estratégicos en sus campañas; creen que las tienen todas
consigo y se meten en muchos problemas por el manejo de sus presentaciones en
público, en donde ellos mismos se confían y creen que lo pueden manejar.
Normalmente, cuando enfrentan a los medios es cuando más fácil se comete este
error.
Hay algunos casos en los
que, no basta un buen entrenamiento de medios, lo importante es, también, el
manejo de la información y el entendimiento de los temas, aspectos que son
básicos para poder enfrentar a grandes auditorios, pequeñas presentaciones o
conferencias de prensa.
En México tenemos muchos
casos de este tipo; es más, muchos de los políticos normalmente pasan a la
posteridad por fallas de comunicación en entrevistas de prensa, los cuales los
marcan para siempre, de ahí muchas frases famosas de los políticos mexicanos
que han sido dichas en entrevistas.
Por otra parte, sale a
colación también el caso cuando los aspirantes quieren llegar a una candidatura
y logran alcanzar los índices adecuados de conocimiento, por lo que quieren, en
un plazo muy corto, lograr lo que no han hecho en meses; recuerdo que dando un
taller sobre campañas políticas, un candidato me preguntaba cómo lograr un
suficiente conocimiento de su persona. Se asombró cuando le contesté que tenía
que acabarse las suelas de sus zapatos al estar caminando en el distrito que le
correspondía, tocando puertas y preguntando qué tipo de problemas había en la población,
y no sólo organizando eventos los fines de semana y tratando de salir en los
medios. Claro, además de tener una congruencia de lo que se es, lo que se dice
y lo que se hace.
Ahora bien, hay varios
factores muy en el fondo que es lo que verdaderamente acaba a los aspirantes a
candidaturas, el primero de ellos, la arrogancia, el confiarse de que todo se
arregla de manera fácil y, por lo tanto, no prepararse; el segundo es salirse
del script y/o no hacer caso a los asesores.
Peña Nieto lleva dos problemas
durante la última semana; primero, en la presentación de su libro y, segundo,
en el ya muy conocido caso de la Feria del Libro. Se nota que lo suyo no son
las presentaciones en corto o las entrevistas personales, por lo que debe de
alejarse de este tipo de situaciones, los suyo son los discursos ante grandes
auditorios.
Lo complejo de la campaña
para él, van a ser los debates. Si mantiene las preferencias electorales, no
los necesita, pero los demás ya sabiendo su debilidad los van a buscar, además
de que ahora el deporte nacional va a ser preguntar cosas difíciles para
hacerlo resbalar, va a tener que aguantar vara un buen rato y ser más
disciplinado, que recuerde el caso de Montiel a quien, técnicamente, en dos
días se le cayó la candidatura.
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