La semana pasada tuve la oportunidad de ofrecer dos
conferencias con temas distintos y en diferentes auditorios, lo que me dio la
oportunidad de poder compartir dos visiones de nuestro México con distintos públicos.
La primera conferencia fue en el Centro de Estudios
Superiores Navales en dónde tuve el honor de participar en una mesa de trabajo
donde se discutió el tema de la Visión Geopolítica de México en America del
Norte, Asia y Europa, con Oficiales de la Armada Mexicana, militares nacionales
y de otros países. Curiosamente este evento fue justo una mañana después de que
el Presidente Peña Nieto diera su discurso ante la sede de las Naciones Unidas,
en dónde dio a conocer la participación de México en las operaciones de
mantenimiento de paz de la ONU, por lo que puso en jaque a todos los
expositores, ya que esto significa un cambio radical en cómo México venia
implementando su política en el exterior.
En mi caso, me ayudo el anuncio del Presidente, ya
que una de mis tesis para mantener una mejor relación y lograr una verdadera
inserción en el mercado de America del
Norte, implica redefinir la filosofía con la que manejamos nuestra soberanía, y
con este anuncio, por fin México empieza a salir de la zona gris con la que
manejó su política exterior en los últimos doce años. El ser un actor principal
en el escenario mundial y lograr que en el futuro se coloque entre las primeras
10 economías del mundo, implica tener una política exterior más proactiva, lo
que cambia radicalmente la forma como nos veníamos manejando.
La segunda conferencia fue en la ciudad de
Querétaro en dónde pude convivir con Jóvenes políticos de la CNOP, y en donde
el tema principal fue el futuro de la política en México y lo que los jóvenes
tendrán que enfrentar con una sociedad incrédula y por ende más demandante.
Revisamos las cifras de un estudio del Instituto
Nacional electoral (INE), con estadísticas que lo único que demuestran es que
la sociedad no quiere ni le gusta participar en la política, el estudio
reporta, entre otros muchos datos, los siguientes: el 66% de la población
piensa que para nada o poco, sirven las leyes en México; el 60% de los mexicanos piensan que no sirve de nada
denunciar delitos; la democracia no satisface al 42% de la población; diputados y
partidos políticos son los que generan la mayor desconfianza en la población; el
66% de la población considera que no tiene ningún contacto con redes políticas
o sociales; sólo el 11% de los ciudadanos participa en actividades de los
partidos políticos; sólo el 7% de la población está afiliado a un partido
político.
Esta desconfianza en los políticos nace porque
históricamente nos han mentido y hemos visto una enorme corrupción en los que
han estado en el poder; con la alternancia, los que decían que nunca jamás,
resultaron iguales o peores; y los que clamaban justicia social, han construido
su base con cuotas clientelares, terminando cobrando por todos los años que no
estuvieron en el poder. El pueblo se queja, pero también se ha acomodado al
sistema, hoy tenemos informalidad, delincuencia y también corrupción en la
iniciativa privada. La población ha visto en los políticos básicamente tres
grandes males: deshonestidad, egoísmo e informalidad.
La propuesta para cualquier político que quiera
enfrentar el nuevo México que se está conformando es sencilla, además de
prepararse para enfrentar la implementación de las reformas en un nuevo escenario nacional e internacional,
tiene tres simples y sencillos ejes: el primero, ser puntuales, ser honestos y
ser confiables, así de simple con toda la complejidad que encierra, un cambio
profundo desde adentro de sus convicciones. Juventud, esplendido tesoro que tiene este país.
Dos visones,
dos audiencias, un país en plena transformación
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