Lo que sigue, irremediablemente, son las
elecciones. Queramos o no, el camino de las reformas dejó una marca muy
importante en el sistema político mexicano: la colaboración entre los grupos
políticos.
Todos los partidos, grupos políticos, grupos
empresariales, por fin se pudieron poner de acuerdo en algo, que el país
necesitaba cambiar lo que hacía mucho tiempo la necedad de los políticos, la
ambición de los empresarios y la mentalidad monopólica de todos ellos en
conjunto, no habían querido tocar por muchos años, pero no había forma de que
el país pudiera salir adelante, y entonces vino la cooperación y el
entendimiento para definir un nuevo rumbo, perfecto en lo económico ya quedo el
acuerdo ¿y la democracia, apá?
Pues, ahora, ya que se retiran de la mesa los
sectores económicos y se van a componer
sus negocios, los partidos políticos se quedan en la mesa de frente a la
siguiente elección, tienen de frente una contienda totalmente distinta, con
reglas nuevas y con una base de discusión diferente, la de, alguna u otra
manera, haber logrado consensos para cambiar las leyes de este país; ante este
contexto no queda de otra más que jugar al juego de la democracia.
Ante esto y con miras a crear una izquierda nueva, el
PRD se enfrenta al dilema de mostrarse ante la ciudadanía como un partido nuevo
más moderno y productivo, pero tiene que seguir pegando de gritos y mostrando
su cara de enfrentar al gobierno, para lo cual, en la democracia, el mejor
camino es “la consulta popular”, obviamente en contra de la Reforma Energética,
y esto sólo previendo que no tengan una desbandada para Morena. En esa misma
tónica y por otro sendero, Mancera se lanza con su plan para cambiar el salario
mínimo en el DF.
Ya entrados en gastos, el PAN se monta en el mismo
circo y propone para la consulta el tema del salario mínimo, lo hace porque
quiere recuperar todo el terreno perdido y la caída en picada que tiene el
partido.
Y finalmente, el PRI, con los colmillos bien
afilados, lanza su propuesta para eliminar el subsidio democrático, reducir los
plurinominales, y con eso mata el tema de la consulta y pone en jaque a todos,
al parecer con un mensaje de que el circo democrático no va por ahí. Ahorita lo
importante es el informe del Presidente, ya después da inicio la verdadera
contienda electoral. De todos modos, al parecer ninguna de las tres preguntas y
temas serían aceptados por la Suprema Corte, por lo que en este primer round,
tenemos knock-out técnico a la consulta popular.
Esto implica que el circo democrático para la
siguiente elección deberá tener otro desenlace y buscar nuevas pistas, lo que
dependerá, primero, de lo que pase en la elección de la dirigencia del PRD y
como resultado si hay desbandada de políticos y militantes hacia otros
partidos, todo este circo es una columna de humo para lo que verdaderamente se
está cocinando por detrás y que son las alianzas electorales. No hay que perder
de vista que en democracia y después de un trabajo colaborativo, el PRD en su
nueva faceta puede convertirse en la bisagra electoral, puede ir con tirios y
troyanos en las diferentes regiones del país. En algunas partes, el amarillo y
azul podrán hacer una opción verde, y en otros el amarillo con rojo podrá ser
anaranjado, los que le puede dar más opciones coloridas a nuestra democracia.
Lo que es un hecho es que a la consulta popular de
inicio se le desvirtuó, y considero que es necesario rescatarla, la única forma
sería que ésta fuera retomada por iniciativa ciudadana y sin manos de los
partidos, lo que puede ser muy difícil, pero bueno ahí está la propuesta. Los
partidos mal o bien ya se pusieron de acuerdo en algo, ahora le tocaría a la
ciudadanía aprender a hacer lo mismo.
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