Afortunadamente nuestro
sistema político ha entrado en una terrible crisis de valores, y digo
afortunadamente porque es necesario que como sistema político y como sociedad
entendamos que tenemos que hacer algo para cambiar el estatus quo de los
valores en el país. Esto viene a colación por el reciente incidente de la diputada
Purificación Carpinteyro.
Es asunto tiene varias
aristas que analizar, primero debemos de reflexionar la conformación de las
legislaturas, preguntarnos quiénes están llegando como legisladores y de qué
manera están llegando; los partidos políticos reparten posiciones desde una
lógica de poder, que hoy, se pondrá en tela de juicio, es culpa de ellos, pero
también de los ciudadanos que votamos ciegamente. Ahora con la reelección,
puede ser que este asunto vaya cambiando de dimensión, cuando los legisladores
puedan ser votados para un nuevo período y se especialicen en la legislatura.
Esperemos que así suceda, pero aquí la tarea es para los partidos políticos que
deben de revisar sus valores de selección y control.
En segundo lugar, la
sociedad mexicana comparte esta crisis de valores, los ciudadanos en su gran
mayoría le apuestan a no pagar impuestos, a la informalidad, a comprar gasolina
robada, a comprar fayuca, a robarse la luz, a no pagar las deudas, dedicarse a
la delincuencia y un sinfín más de
chuladas que hacen que el país no avance; a nuevas ideas o nuevas leyes siempre
le encontraremos la forma de hacer el menor esfuerzo y/o en su defecto la
manera de hacer un monopolio, tratando siempre de que la ley se aplique en los
bueyes de mi compadre. Esta chamba deberá de ser de nosotros, la sociedad.
Un tercer análisis que
debemos de hacer es el hecho de que en nuestra sociedad la gente, ciudadanos y
políticos profesionales, sólo aspira llegar a la política sólo para satisfacer
su beneficio personal, los que vienen de la base social a negociar con moches o
permisos, los que vienen de la iniciativa privada a hacer negocios y a “sacarse
la lotería” por tener información confidencial, y finalmente los que
administran un presupuesto, entran para sacar una comisión del mismo. Señores,
esto no es un problema de la política, es un problema de los valores sociales
que hemos creado como sociedad, esa es la base de la inequidad social y de la
corrupción, desafortunadamente somos un pueblo que nos desarrollamos con el
castigo y sometimiento de una autoridad para hacer las cosas bien, y ahora ni
siquiera hay nadie que pueda encargase de este asunto, las leyes
anticorrupción, el IFAI y todo este sistema de control de corrupción, así como
el sistema judicial, es complaciente con esta práctica.
Desafortunadamente, nos
merecemos eso y más porque en este mundo que vivimos las preguntas son ¿quién
va a empezar a corregir primero, los ciudadanos o los políticos?, porque en
nuestra lógica social, si no veo que mi vecino empiece, yo no lo hago, si no veo
que el partido competidor corrija ¿yo porque lo voy a hacer?
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