El último jalón de trabajo del Congreso deberá de decidir hacia dónde
se cargarán las reformas pendientes: el péndulo político podría moverse entre
los dos extremos de la política mexicana: de izquierda a derecha.
Inicia la semana y vemos como la balanza de la
política va a estar girando en los últimos meses del año: de la izquierda a la
derecha, en un vaivén que va a dar mucho de qué hablar en la época navideña. En
medio, el último jalón de trabajo del Congreso deberá de decidir hacia dónde se
cargarán las reformas pendientes, el péndulo político entre los dos extremos de
la política mexicana se verá afectado por las votaciones respectivas en las dos
Cámaras.
Por el lado derecho, ya se había abierto el gran
enfrentamiento entre Madero y Cordero, pero en esta semana reaparece Josefina Vázquez Mota como la tercera
en discordia. Con un partido totalmente diluido y nuevas reglas, el PAN enfrentará una de las épocas más
difíciles de su vida partidaria; más allá de su filosofía tradicional, hoy su
futuro depende del gran enfrentamiento entre “clanes” y de la orientación de
sus votos para la reforma energética. Una guerra generacional se está dando
entre sus militantes y todos luchan por un control del partido; el problema es
que tienen muchos frentes abiertos y la división puede ser muy dañina para el
partido.
Por el lado izquierdo, el asunto está igual o
peor. La gran bandera en la que se envuelve el PRD para enfrentar sus problemas internos, “la defensa del
petróleo”, también abre muchos frentes y enfrentamientos entre sus “tribus”.
Por un lado, los Chuchos, quienes
cuentan actualmente con el control del partido, no van a dejar que los rebase Ebrard por la izquierda, mientras que
la bandera política le abrió la puerta a Cuauhtémoc
Cárdenas para regresar. El otro problema es la salida y división con Morena; en la manifestación del
domingo, ni luces de AMLO, lo que
implica que si se logra la conformación de Morena
como partido político, la izquierda se va a dividir y pulverizar, asunto
tradicional para esta corriente ideológica en México que, en su afán de extremarse e ir en contra del sistema,
siempre ha tenido el mismo efecto: el de destruir las instituciones políticas
que los arropan.
Como podemos ver, tanto en la derecha como en la
izquierda el egoísmo y la vanidad de sus militantes no han podido consolidar
instituciones políticas sólidas y duraderas. En medio de nuestra geometría
política sigue bien plantado el PRI
que, mal o bien, con su disciplina no sólo tiene la varita mágica del sistema
político, sino que, además, se da el lujo de extender sus brazos tanto a la
izquierda como a la derecha para mover sus piezas y minimizar a sus adversarios
quienes se la viven apagando incendios y en luchas
estériles por el poder de sus instituciones. Ya veremos cómo termina este
vaivén de la política de los extremos.
Consultor y Analista Político
Twitter: www.twitter.com/@Marcovherrera
No hay comentarios:
Publicar un comentario