Hoy hay enfrente un gran reto para la comunicación empresarial y política, ya que por la presión de informar a la velocidad de la inmediatez que exigen las redes sociales, se pueden cometer errores garrafales.
Las redes sociales han cambiado a la sociedad, su uso ya es
generalizado en la ciudadanía, ya sea por medio de los teléfonos celulares, las
computadoras y las tablets.
Su último reducto es en los medios de comunicación, quienes ya las
han incorporado como parte de su operación, ya sea para compartir mensajes o
bien, como fuente de información.
Su efecto en la vida diaria es enorme, han cambiado costumbres y
hábitos, pero creo que el mayor efecto es la inmediatez. Hoy, las personas
queremos o tenemos información bajo el concepto en línea o lo que significa en
tiempo real, por lo que la inmediatez se ha convertido en un comoditie para la
humanidad. En el momento presente, si usted se perdió de algún evento a lo
largo del día, puede preguntar y siempre habrá alguien cerca que ya tenga la
información a la mano.
Esta nueva situación es un gran reto para la comunicación
empresarial y política, ya que hoy, por la presión de informar a la velocidad
de la inmediatez que exigen las redes sociales, se pueden cometer errores
garrafales. Anteriormente, en el mundo no digital, cuando alguna persona,
empresa o entidad política, enfrentaba algún problema o situación extrema, esta
información se hacía pública a través de los medios de comunicación, en donde
ésta se daba a conocer en las ventanas informativas ya programadas y se tenía
que actuar, se tenía tiempo para pensar, prepararse y reaccionar. Hoy, para
bien o para mal, antes de analizar lo que se está recibiendo de información
como respuesta, se está calificando si se contesta a tiempo o no; esto por la
razón de que siempre habrá personas en línea que, al lanzarse una información,
ya la estarán calificando, criticando o esparciendo, estén o no involucrados
con el tema, sean o no afectados o consumidores directos.
Hoy, el mundo de la opinocracia, creado por la sociedad a través
de las redes sociales, obliga a que los ejecutivos y políticos deban de estar
entrenados, no sólo en saber comunicarse, sino en el manejo del temple, la
paciencia y el manejo de lo inmediato. Hoy pareciera que el mejor recurso es el
manejo de crisis, ya que las redes sociales representan microcrisis, a cada
mensaje enviado y recibido.
Ejemplos los vemos a diario. Ayer mismo veíamos el intercambio
epistolar entre senadores del PAN
por el pleito de los dineros de la bancada, o ya estamos encontrando diálogos
de directores de empresa con sus clientes enojados por un mal servicio. Casos
más graves pueden ser cuando se redactan mal los mensajes al enfrentarse a
fenómenos naturales; cuando se presenta un temblor y se quiere decir que ya se
está atendiendo la emergencia y no que todo está bien y sin ningún problema.
Hoy, la capacidad de resumir y comunicar en 140 caracteres puede hacer la
diferencia de una carrera política o de una empresa exitosa.
Hoy, más que nunca, la capacidad de poder sintetizar, escribir
adecuadamente y manejar microcrisis es lo más importante en este mundo en
línea.
¡A capacitarse! No queda de otra.
Consultor
Twitter: www.twitter.com/@Marcovherrera
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