El reto
más complejo que enfrenta el nuevo gobierno en materia de seguridad es el
reconstruir el tejido social con base en confianza y acciones integrales
El resultado de la guerra en contra de la inseguridad pública ha dejado
un saldo terrible para el país y la sociedad, independientemente de haber roto
la línea de mando dentro de los carteles, lo que implicó una fragmentación de
grupos delincuenciales y el rompimiento del control que, bien o mal, existía
por el lado del gobierno. La cruenta guerra ejercitada por el Presidente Calderón terminó
desintegrando a los cuerpos policiacos y lesionó severamente al ejército. Por
parte de la ciudadanía, estos eventos causaron severos daños en el tejido
social, lo que arrojó una gran cantidad
de fallecimientos, víctimas, desplazados y ciudades fantasmas, entre otras
tantas cosas más.
Pero el efecto más importante de esta guerra
es la inmensa desconfianza, por parte de
la población, en las autoridades judiciales y los policías. Tenemos el caso del
surgimiento de las policías comunales, principalmente en Guerrero y Oaxaca, que
toman las armas en sus propias manos y crean cuerpos policiacos civiles para
cuidar sus comunidades, defenderse de la delincuencia y de los policías que, en
gran medida, al estar coludidos con algunos grupos, cometían fechorías vestidos
de policía. Véase el caso de los violadores en Acapulco que, al parecer, toda una comunidad, cerró la carretera para
defenderlos de la policía y del
ministerio público y no dejaron pasar a la autoridad. Este ejemplo de pronto
empezó a generalizarse en zonas pobres,
indígenas o marginadas, como parte de la reacción social ante la
injusticia.
Éste es el riesgo más complejo que enfrenta
el nuevo gobierno, el reconstruir el tejido social con base en confianza y
acciones integrales, ya que tenemos que mucha gente ha vivido directa o
indirectamente a la sombra de la delincuencia o de la informalidad y el resto
de la sociedad ha sido agraviado por estas acciones.
La
pregunta a resolver es: ¿cómo reincorporar a la sociedad que ha vivido en la
ilegalidad a una actividad productiva y
sin la necesidad de delinquir? Creo que ése será el mayor reto de la autoridad,
cómo reintegrar a una sociedad que, por historia, por flojera y por comodidad,
no prefiere tomar el camino fácil que es el de la legalidad.
Ése es el gran reto, ¿no cree?
Analista Político
No hay comentarios:
Publicar un comentario