Gran reto tiene el gobierno de Peña Nieto: es muy necesario que
su equipo de comunicación se prepare en el manejo de crisis con credibilidad.
Somos
presa de nuestra propia cultura, de nuestra propia práctica política. Durante
años, los políticos nos han engañado de todas las formas posibles, nos han
dicho mentiras, las han creado y hasta nos han mentido con la verdad. Por lo que nos atañe, los ciudadanos también hemos hecho lo
nuestro, a la verdad no le creemos, a la mentira, en muchas ocasiones, sí, así nos la han vendido, sólo basta
voltear la mirada a la historia y con eso tendremos una pequeña muestra.
El
problema es que hoy, ante lo que
pareciera una intención de generar un cambio de paradigma, esta cultura y
práctica mexicana ancestrales, nos están traicionando. Las muestras las tenemos a cada minuto, en
cada declaración y en todos los medios;
aquí, algunos ejemplos:
los partidos se quejan de las resoluciones del IFE, cuando ellos fueron lo que en su lucha política consiguieron
la actual ley electoral, pero cuando esta ley los afecta, entonces ya no está bien y hay que cambiarla. Lo mismo pasa
con el IFAI, un organismo utilizado
por el Panismo para implementar estrategias de disque transparencia, ahora,
para zafarse del asunto, claman ante el tribunal de Dios que no es posible que la estén
atacando. Y así, muchos casos más.
Venimos
de un par de sexenios llenos de excesos y distracciones públicas, con hechos
muy graves, ataques y muerte de funcionarios. Hoy, a México
le pasa lo que a la fábula de Pedrito y
el Lobo, si nos dicen la
verdad, no la creemos, si
nos dicen mentiras, pues tampoco, y si a eso añadimos la fuerza que ha tomado
la fácil descalificación en las redes sociales,
el efecto se multiplica. Somos
un país que no cree nada por los excesos en el uso de una mala cultura aplicada
por siglos.
Gran
reto tiene el gobierno de Peña Nieto; en las primeras horas el manejo de crisis
había controlado la situación, siempre se podrá mejorar, pero a menos de 100 días en los
que todo iba bien, ahora
enfrenta su primera crisis de credibilidad, es una gran prueba; esperemos que se consolide la versión y
que esto le dé el aviso a todo el sistema de comunicación
gubernamental, que es muy necesario que se preparen en el manejo de crisis,
porque seguramente enfrentarán algunas más.
Ya
estoy organizando un seminario con expertos, ¿quién se apunta?
Analista
Político
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