Lo mejor del debate fue lo
que se dijo en twitter, de los candidatos no pudimos sacar más de lo que
hemos visto en sus spots. Ha llegado la hora tomar una decisión bien
informada y de hacer a un lado los prejuicios con los que hemos sido
alimentados en estos últimos 2 meses.
Terminó
el segundo debate y, como estrategia electoral, cada uno de los
candidatos se declaró ganador y se fue a celebrar. Antes de cerrar mi
computadora, escribí mis dos últimos tuits del día: uno fue “si no hubiera sido por twitter, hubiera estado muy aburrido” y el final fue “empate técnico: candidatos 0, ciudadanos 0”.
Es cierto, el debate fue el más visto,
con mayor raiting: que bueno, fue emitido en cuasi cadena nacional al
tener cobertura en canal 2 y 13; se asume que, al parecer, el debate fue
visto por primera vez por mucha gente; maravilloso, ojalá vote mucha
gente, además, la presión del movimiento #yosoy132 fue la que logró esta
cobertura, bien. Por lo demás, no se aportó nada nuevo, no se dijo nada
que no se haya dicho antes en spots, o en presentaciones personales. El
formato estuvo más complejo, parecía una torre de babel, cada quien con
sus disque propuestas, hablando como merolicos, en rounds de sombra.
Lo que sí se logró fue el hecho de ver la falta de congruencia de algunos de los candidatos. En el caso de AMLO,
es impresionante ver la dicotomía del personaje, ahora se trató de
presentar como un estadista, él lo sabe todo, él ya hizo todo, pero las
cuentas no le salen y las propuestas son del siglo pasado. Guardó ahora
su cara golpeadora y eso hace que se note incongruente, a los que lo
hemos visto ya de tiempo atrás, es parte de su personalidad, no hay
cambio.
De los demás personajes, podemos decir que tanto Quadri como Peña Nieto
guardaron su estilo y salieron a proteger lo ganado; ni modo, ésa es la
estrategia, no había más, había que administrar. Por cierto, yo no sé
quien le recomendó esa camisa a Quadri, se veía más fatal que de
costumbre; Peña salió con corbata verde, guardó el rojo y, por primera
vez, mostró un rasgo de pasión, que mucho le hace falta. Josefina
salió como debió haber salido desde el inicio de su campaña, y no le
quedó de otra más que salir como mamá Lucha, a trompearse con todos para
rescatar lo mucho que ha perdido. Triste porque ha desperdiciado mucho
en lo que lleva de la campaña por su afán, desde el principio, de atacar
a todos, gastó mucho dinero y tiempo sin consolidar su propuesta.
Lo
memorable del debate fue el placer de ver cómo se movía tuiter, muy
divertido leer los comentarios, imposible seguirlos todos. Si no fuera
por eso, hubiera sido muy aburrido. Los postdebates,
algunos malos e igual de aburridos, otro, aportando mucho y con buenos
análisis. México aprende, esta campaña aporta y debemos de asimilar
estos avances.
Es
tiempo de que, si no ha decidido, tome su decisión informada, hay
muchos lugares donde ver las propuestas, hoy el mundo de internet da
muchas posibilidades y toda la información, el problema es que a veces
no tenemos tiempo o no queremos hacerlo.
También,
es tiempo de empezar a medir dos cosas: a los que ya anuncian pleitos
por no ganar y configurar los escenarios de los que van a perder y sus
consecuencias, sobretodo en la disputa por el segundo lugar, sean
quienes sean los actores, y evaluar al partido que quede en tercer
lugar, con las consecuencias que esto generará.
Los estudiantes de México ya tuvieron su primer prueba de fuego, ya se lanzó un movimiento disidente del movimiento #yosoy13 llamado #generacionmexico,
quienes no son afectos a ningún partido y lo que buscan, entre otras
cosas, es la democratización de la información, no de los medios, además
de que es un proyecto más allá de la elección; eso suena más razonable y
no van en contra de ningún candidato. Se dice que la izquierda
secuestró al movimiento original.
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