Por fin se terminó el ejercicio democrático de la elección en el PAN,
un proceso complejo y que dio mucho en qué pensar; finalmente, gana Josefina Vázquez
Mota por una mayoría. Si en el PAN se hubieran ido a la segunda vuelta, era muy
probable que perdieran la Presidencia; sin embargo, con el proceso tan claro en
los números, se vuelven a meter de lleno en la pelea. Hoy, en la elección de
2012, aún no hay nada para nadie, a pesar de las tendencias en las encuestas.
Otro ganador fue el presidente Calderón, aseguró un tercio de lealtad
del partido, lo que su delfín Cordero ganó, más o menos, en votos; esto no es
un asunto menor, quiere decir que tendrá asegurada una cuota importante en los
nombramientos para puestos de elección popular. Recordemos que Calderón es un
hombre del partido y está haciendo sus cálculos al final de su periodo, durante
el cual empieza a perder poder en el gobierno, pero debe asegurar mantenerse
como factor de peso, por lo menos en su partido.
El gran perdedor es Santiago Creel y el grupo del Jefe Diego; quedan
disminuidos dentro del partido y, con esto, a Creel la vida le demuestra que no
está hecho para ganar elecciones, no es buen candidato, no levanta pasiones. Ya
sin ninguna oportunidad, quién sabe siquiera si le toque puesto en el próximo
gabinete. Perdió y de manera abrumadora.
Otro gran perdedor es Vicente Fox quien, de alguna manera, se entendía
como aquel que le dio chamba a Creel en Gobernación y como quien, se llegó a
pensar que estaba detrás del malogrado precandidato, pero al final del día, ya
no hay lugar para él en esta nueva configuración de los jóvenes.
En el caso de Cordero, ganó por el simple hecho de que no tenía nada
que perder y, al parecer, cumplió muy bien su tarea estratégica, que fue la de frenar
en seco a Creel y quitarle una parte del pastel, lo que se cumplió sin ningún
problema, lo que demuestra que los jóvenes quieren oír a jóvenes; las
propuestas viejas se convierten en un aceite rancio que no lo pasan. También,
Cordero ganó para Calderón al asegurarle un lugar en su partido y, también,
para él mismo; esto implica un futuro político que, en caso de que el partido
pierda la Presidencia, de algo servirá en ese instituto político.
La democracia mexicana y las mujeres de este país, también ganan. Tener
una mujer fuerte en un partido con posibilidad de ganar, rompe los paradigmas
que, en el pasado, sólo habían funcionado como simulación para cubrir la cuota
de género. Hoy es real el desarrollo que han tenido las mujeres en el mundo de
los negocios, por lo que en México ya hacía falta que se reflejara este efecto
en la política nacional. Además de que es una repercusión de la situación real
del balance poblacional entre hombres y mujeres.
Así mismo, el sistema político también gana porque, al final del día,
el efecto de tener una mujer como candidata, se quiera o no, va a tener un resultado
ecualizador en la contienda, se imprime un halo de respeto al género femenino,
la ofensiva de los otros candidatos deberá ser en el ámbito de la inteligencia
y no en el terreno de la degradación y
el ataque fácil. Esto hará que el nivel de la contienda suba y que se discutan
temas verdaderamente importantes para el país.
Al momento, faltando el o la candidata del PANAL y a un mes del inicio
de las campañas, hoy en la realidad no hay nada para nadie aún. A pesar de lo
que digan las preferencias de las encuestas, los candidatos están en el
arrancadero con sus cosas buenas y malas, están a punto de arrancar y todavía
pueden pasar muchas cosas. Peña Nieto está con todo el peso de su maquinaria de
los estados, pero con una guerra interna por el poder del partido; AMLO tiene
su trabajo de cinco años y su fortaleza en las clases bajas, pero mantiene la
incongruencia de sus acciones en el pasado y su visión antigua de las cosas en
contra de su nuevo discurso amoroso; y Josefina, con todo lo bueno de haberse convertido
en la primer mujer que llega con posibilidades reales a la contienda, tiene en
contra el ser percibida como la candidata oficial y cargar con todo el peso de
la inconsistencia de los últimos 12 años del PAN en el poder.
La buena noticia es que hubo contienda y se peleó políticamente, la
mala es que todos los partidos son iguales y se quejan de las prácticas del
PRI, pero nuestra cultura política es igual en todos los partidos, ninguno se
salva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario