México
transita por momentos complejos, la idea generalizada de que la alternancia era
una salida y serviría para dar cauce a una nueva democracia, se convirtió muy
rápido en un gran mito. A la caída de los gobiernos del PRI, después de 80
años, le ha seguido la falla de los gobiernos del PRD y del PAN. La alternancia
se convirtió en el verdadero ocaso de nuestro sistema político, aquel que
muchos creían que había terminado con la llegada del PAN al poder en 2000.
Ahora
podemos entender que el sistema político que inició Plutarco Elías Calles en el
año de 1929, está terminando ante el forzamiento de una alternancia que
zozobró, ante una falla estructural de un sistema perfecto que no aceptaba
alternancia. El sistema se forzó y ahora está totalmente roto y fallido, se
pretende reconstruirlo como si fuera una obra de teatro en tres actos y con
tres grandes piezas, de la siguiente manera:
Primer acto.- Salvando a los amarillos. En un gran
show mediático, los dos aspirantes a la presidencia de la República por parte
del PRD, Ebrard y AMLO, muestran civilidad y congruencia (según ellos), para
que finalmente tengamos lo más pronto posible un sólo aspirante de la
izquierda. Manuel Camacho, el gran director de orquesta, orgulloso de su obra,
sentado en primera fila, defendiendo el entendido de que México no puede vivir
sin una izquierda supuestamente moderna, pero acomodaticia de los vaivenes del
poder. Esto resume la historia de una izquierda avasallada por tribus y con la
pérdida total de una identidad, ideología y cultura que siempre le acompañaron;
el modernismo fue cruel y la historia se quedó arrumbada en una calle a la
izquierda del sistema político, donde la comodidad del poder y el grito fácil
de la queja opositora se convirtió en la vida confortable del poder político y
económico. Ser autoridad y vender políticas públicas se convirtió en un buen
negocio, en donde no cabía la ideología o, es más, hasta estorbaba para vivir
bien.
Segundo acto.- Salvando a los azules. Entre la
zozobra de una guerra y aceptando sus consecuencias y “casualties”, se encuentra un PAN que, a 12 años de disfrutar las
mieles del poder central, tuvo dos grandes errores: el primero, no generar
bases de políticos, sabios y creíbles. Hoy, la incertidumbre y la falta de
personajes para cubrir la Secretaría de Gobernación, los hace ver como un
partido extremadamente vulnerable, tanto
que hacen ver igual a todo el sistema político mexicano; y, segundo lugar,
nunca dejó de ser un partido de oposición que no cultivó las raíces de un
pueblo, al que siempre desdeñó y del cual nunca se sintió parte, simplemente lo
vio como una masa que lo debería seguir, pero nunca entendió su lógica, ni pudo
convertirse en su gran líder.
Acto tres.- Salvando a los rojos. Hace poco
alguien dijo que el PRI no podía regresar, por la simple y sencilla razón de
que nunca se fue, y un chiste que corría al principio del sexenio de Fox era
que el PRI le entregó el poder al PAN, pero nunca al país; los azules nunca
supieron cómo manejarlo. Calderón, en su lógica, fue por esa razón a la guerra
con el Ejército. Ahora tiene dos candidatos y un programa visible de gobierno,
el de las coaliciones, un bandera fácil y llamativa; el PRI regresa por sus
fueros porque durante 80 años forjó su poder político en entender a la población,
sabiendo darle su justa dimensión; los clásicos le llaman pan y circo, pero es
algo más que ahora lo hace regresar por sus fueros.
A partir del
accidente, la zozobra se incrementó y el juego de espejos de esta semana será
crucial para el destino del 2012. Muchas cosas han empezado a suceder, pierde
el PAN en Michoacán, los del PRD adelantan sus nombramientos, al momento del
cierre de esta columna aún no se anunciaban los resultados, pero es de
esperarse que algo pase, no fue casualidad que movieran la fecha, ¿será que
algo se anunciará en Michoacán?
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