Inicia el 2016, un
año inédito en los últimos tiempos de la política de México. El fin de semana pasado en una reunión, comentaba
con un grupo de amigos que como buenos mexicanos acostumbran a quejarse y a ser
pesimistas del futuro; que en efecto, el panorama mundial y nacional no es muy
halagüeño, pero como analista político trato de ver las cosas de manera
objetiva, y en lo personal, trato de verlas siempre de manera positiva, y sobre
todo en una sobremesa de principios de año en donde aún venimos arrastrando la
tranquilidad de las celebraciones decembrinas. Qué necedad de echarse a perder
una buena y tranquila comida con malas vibras del futuro, ¿no?
Comenté en ese
momento que en este año se conjuntan una serie de hechos que van a cambiar a
México de muchas maneras, esa es la buena noticia. Y pues sí, si no cambiamos
nuestra forma de ver las cosas, sí habrá malas noticias, que es la ceguera de
lo que viene y al no entenderlo o ser precavidos, obviamente va a generar resistencia
al cambio que puede no aprovecharse, y esto lo digo además porque al regresar a
casa, esa misma tarde, escuchaba a un locutor dar una buena noticia con un
preámbulo pesimista para terminar dando una noticia de estas cosas nuevas que
nos enfrentaremos los mexicanos a partir de las reformas y los cambios que
estamos viviendo, mi reflexión fue: ¿qué necesidad de dar todo ese mal
antecedente si ya se cambió la ley y a partir de este año las cosas serán
diferentes? Conclusión: los medios si no venden malas noticias no venden. Por
eso debemos de informarnos adecuadamente para entender los cambios y ver las
cosas en su justa dimensión, digo yo ¿no?
Todo esto es porque
así como se desindexó el salario mínimo como medida de cuenta del sistema político,
si en efecto, antes todo era calculado con el salario mínimo: multas, impuestos
y otro tanto bonche de cosas más, pues ahora ya no. Suena sencillo pero no lo
es, a eso súmele que la inflación es la más baja en los últimos años; ya no hay
pago en llamadas de larga distancia; bajó el precio de la luz; bajó el precio
de la gasolina; ya hay televisión digital; este año habrá un nuevo canal de
televisión; se licitarán más estaciones de radio; se liberó el espectro con lo
que habrá más frecuencia para internet, lo que puede presionar a precios más
bajos; en la telefonía celular inició una competencia feroz, y ahora nos
persiguen para contratar planes más baratos con mayores beneficios. Claro, el
dólar está por los cielos y los pronósticos dicen que ahí se va a quedar; el
precio del petróleo esta en los suelos; hay más inversiones y en este año es
seguro que al implementarse con suerte habrá un poco más de empleo; escuchaba
que una fábrica de coches requiere
técnicos especializados que el país no tiene, que paradoja más curiosa, se
quejan de que no hay empleo, pero las empresas extranjeras no encuentran
mexicanos preparados, ¿nuevos tiempos, no?
En la parte política
también hay sus noticias, tenemos nuevos gobernantes independientes y ya el
Tribunal Electora afianza leyes para asegurar mas apertura; se empieza aplicar
la nueva Ley de transparencia y anticorrupción, las instituciones tienen que
aplicar nuevos códigos de ética y funcionamientos de comité de ética,
transparencia y conflicto de intereses, les guste o no, es seguro que habrá
evasivas, resistencias, pero en general todos deben de empezar a trabajar en
eso, lo que generará una mejor cultura a la larga. Claro, no es suficiente,
pero por algún lugar debemos de empezar. Por otra parte y entre muchos misceláneos
también, este año se implementa el famoso 911, que no ha sido muy difundido,
pero tiene implicaciones importantísimas en cuestiones de protección civil,
respuesta a emergencias y atención de la seguridad, lo que no es un asunto
menor por la lucha que se tiene a diario en contra de los sistemas de radio y
frecuencias que manejan los grupos delincuenciales.
Y así podríamos
seguir, a tres años de la firma del Pacto por México hoy los gobiernos
estatales, municipales y las entidades públicas del ejecutivo federal, están
inmersas en un cambio de reglas para eficientar su operación, lo que no es
fácil, además de que también tienen que cumplir con las metas de la nueva
política digital. En la parte de la justicia también estamos ya a punto de
finalizar con el proceso e implementar a
nivel nacional el nuevo sistema acusatorio que dará a pie a la nueva cultura de
juicios orales en todo el país y guste o no en el sistema educativo las cosas
ya se movieron.
Como se puede ver,
todas estas acciones están cambiando la faz de la política, la sociedad, la
economía y el sistema político, técnicamente, además de la uberización de la
política, ahora también podemos hablar de que está habiendo una desindexación
de la política y más ahora que en los últimos dos meses tomaron posesión nuevos
funcionarios públicos que ganaron las elecciones del 2015, y para acabar de
hacer este 2016 especial, enfrentaremos elecciones en 13 estados, en 12 se
eligen gobernadores, con esto en dos años se va a cambiar algo así como el 50%
de los principales puesto de la política nacional, pero la buena noticia es que
el contexto es distinto, ya hay nuevas leyes, nuevas presiones y esperemos
nuevas formas de eficiencia, eficacia, transparencia y rendición de cuentas.
Ahora nos toca a los
ciudadanos entender todo esto, asimilarlo y desindexarnos del pasado tóxico y
empezar a vivir los nuevos tiempos políticos, exigiendo con nuestros derechos y
cumpliendo nuestras obligaciones. Al final la pregunta que les hice a mis
amigos en la reunión fue: ¿con todos estos cambios siguen pensando que este año
va a ser difícil porque la desgracia nacional nos persigue, o por qué las cosas
están cambiando? Y la otra ¿Qué vas a hacer para que no sea un mal año?
Aprovecho para
desearles a todos mis lectores el mejor de los años, que este 2016 esté lleno
de dicha y felicidad para ustedes y todas sus familias.
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