Ante la inauguración del
encuentro anual del Foro Económico Mundial, en la ciudad de Davos, Suiza,
vuelve a la discusión el dilema entre la sola producción simple de dinero y la
verdadera generación de riqueza que mitigue los problemas de la humanidad.
El mundo está en una crisis económica, hay
desaceleración, falta de empleo, poco crecimiento y una gran deuda en todos los
países, ámbitos económicos y niveles de gobierno. Las grandes noticias que
hemos escuchado a este respecto es que países como Grecia, Portugal y España tienen un gran desbalance en sus
finanzas y no producen lo suficiente para pagar su deuda; si seguimos revisando
por niveles, Estados Unidos está en
la misma posición, la deuda del Japón
es enorme y qué decir en nuestro país, los gobiernos estatales y una gran parte de
los municipales, están quebrados, todo por falta de dinero.
El motor de la economía del mundo hoy no es
la satisfacción de necesidades, ni el desarrollo tecnológico, ni la creación de
un mejor bienestar; el foco está perdido en la medida de generar, conseguir y
producir dinero es la energía que está moviendo todo es la producción de
dinero, es, de alguna manera, como si toda la actividad económica fuera una
maquinaria para producir dinero.
El problema es que es un simple cambio de
enfoque; en otros tiempos, las necesidades del mundo eran la prioridad y para resolverlas
se necesitaba dinero. Ahora, el enfoque es producir dinero para tener la
capacidad de resolver la problemática económica; mucho de este cambio de
enfoque está en la excesiva necesidad de producir altas cantidades de
ganancias. En el centro de todo, la especulación por la especulación misma; esta
necedad ha creado uno de los problemas de fondo más grandes en el mundo, la
inequidad. Cada día se incrementa el número de los pocos ricos que existen en
el mundo, en ocasiones con la capacidad económica de mover o frenar economías de países, mientras que,
por el otro, aumenta la enorme cantidad de pobres, hambruna y enfermedades, en
el centro el poder vicioso del dinero.
De alguna manera el mundo está llegando a un
nivel en donde el dinero se está convirtiendo en un incentivo negativo; al
parecer, hay momentos que por el gran débito acumulado, sólo se está trabajando
para pagar y no para producir. Un ejemplo muy simple de esta situación, es lo
que se anunció hace algunos días en el municipio de Acapulco: la buena noticia es que había pagado su deuda de 50 millones
de pesos, ya había superado el estar en el Buró
de Crédito; la mala es que, con esta
situación, ya está listo para poder recibir créditos por 400 millones para
seguir enfrentando los adeudos con proveedores, empleados y demás servicios
públicos retrasados en pagos. Mismo caso que le pasa a Grecia, los institutos financieros
mundiales le prestan dinero para poder pagar los adeudos a las grandes
empresas de los países financiadores de estos organismos financieros. Hoy, la
economía se parece más a un mercado de sustitución que de inversión y
producción, la maquinaria de producción mundial está solamente cubriendo su
deuda, no está produciendo bienestar, gran dilema tiene el mundo y, con esta
problemática, ayer se inauguro la reunión del Foro Mundial en la ciudad de Davos,
en donde hoy nadie tiene una respuesta.
Esta situación pone al mundo en una serie de
dilemas; mientras que alguna vez los ricos del mundo se juntaron bajo la
iniciativa de donar una parte de sus ganancias para mitigar la inequidad y el
hambre, se levantó la polémica de cómo la economía absorbería esta determinada
cantidad de dinero, se dijo que el sistema económico podría colapsar. Otro gran
dilema hoy es, por ejemplo, las enormes
ganancias que produce una de las actividades más productivas del mundo, misma
que es ilegal, el narcotráfico; sería imposible pensar cómo eliminar la gran
cantidad de dinero que se lava a través del sistema económico, de nuevo se
causaría un cisma en él. Otra opción que se ha planteado sería la de borrar la
deuda de los países pobres; de alguna u otra manera igual generaría un desbalance
en la economía mundial. Dilemas al fin de cuentas que suenan imposibles, el
mundo está atado al dinero y su sistema. Como respuesta soterrada del problema mundial, bajada al mundo real, hoy
el humano común y corriente recurre al concepto básico del intercambio, te
cambio lo que a mí me sobra, por lo que necesito y a ti te sobra, o lo que yo
sé hacer, por lo que tú sabes hacer, principio básico de la economía.
Ante este panorama, volvería a la mesa de la
discusión mundial la eterna utopía de la humanidad: eliminar el dinero para que
el mundo entre en una dinámica distinta, que toda la energía que se produce por
la elaboración, distribución, mantenimiento y control del dinero, se dedique a
producir, inventar y generar soluciones a los problemas de la humanidad,
tecnologías para un mejor vivir y, sobre todo, para mantener el planeta y su
ambiente. Y, todo esto, en lugar de estar tratando de generar riqueza.
¿Será momento de resolver mediante utopías?
Analista Político
No hay comentarios:
Publicar un comentario