Lo cotidiano de la corrupción
en México
Vuelve a salir el índice de
percepción de corrupción mundial publicado por Transparencia Internacional,
México ocupa el lugar 95 de 168 países medidos por este estudio. Seguimos igual
y este año fue peor en percepción, decía la Doctora María Marván Laborde,
Presidenta del Consejo Rector de Transparencia Mexicana, en una entrevista de
radio, aunque el año pasado a nivel constitucional ya se dio la primera fase de
un gran cambio con la promulgación de la nueva Ley Anticorrupción y en este
2016 se deberá de finalizar las reglas para su aplicación, creo que la
apreciación es correcta y por fin vamos a empezar a mejorar gracias a las
reforma. ¿Será que es el punto de quiebre por fin?
Por otra parte,
hace poco el presidente Peña Nieto declaró que la corrupción es un problema
cultural y los clásicos defensores de México, puristas y demás, se cortaron las
venas diciendo que no es posible afirmar que nuestro país y sociedad son
corruptas por naturaleza, y efectivamente es muy difícil entender en dónde nace
la corrupción en México y de dónde viene, pero por una parte la tenemos muy
arraigada y también hay que pensar que no son todos, pero es un fenómeno que
nos está afectando de gran manera.
Hace poco viví una
experiencia que según yo me dio una pista para entender de dónde proviene el
que seamos o no corruptos y/o desconfiados por naturaleza. Estando en una
terminal camionera me acerqué a un restaurante de comida rápida a comprar una
ensalada, al momento de pagar lo hice con mi tarjeta de debito, la cantidad era
pequeña y cuando entregué mi tarjeta, me pidió la cajera una identificación,
después, al indicarle la maquina que requería el PIN de la tarjeta, la cajera
me extendió la terminal y digité mi número personal y acto seguido la señorita
me pidió que firmara el voucher y que pusiera mi número telefónico; en ese
instante, le dije a la cajera, ¡un momento! ya firmé digitalmente, no tengo
porque firmar y menos darle mi número de teléfono, ella esgrimió que era el
procedimiento que la obligaban y me negué, ahí termina la operación, con malas
caras y malhumores, ¿Por qué el establecimiento le exige a su cajera este
procedimiento, es por la inmensa cantidad de fraudes que hay con tarjetas de
debito y crédito, o por el enorme robo de identidad que se esté dando en
México? Primer caso de análisis ¿somos confiables los mexicanos?
Posterior a la compra, me fui
a sentar a una mesita a comer mi ensalada y de pronto empecé a escuchar los
mensajes de la terminal, “señor pasajero, favor de no
hacer caso a las personas que ofrecen servicios de taxi en la terminal, le
suplicamos tomar los taxis seguros que están en las ventanillas a la salida de
la terminal”, estos mensajes son públicos en los
sistemas de voceo, porque debe de haber una gran cantidad de gente reportada o
robada o secuestrada o quien sabe que más, ¿esto es porque somos derechos los
mexicanos o porque está llegando a niveles de preocupación la mala actitud de
algunos cuantos? ¿Cuántos anuncios más has escuchado en esta misma tónica?
Y hay más ejemplos, los
anuncios para que a la gente no le vean la cara en el Monte de Piedad; los
bancos mandan correos electrónicos avisando que ellos no contactan a la gente
por correo para pedirles sus datos y pidiendo hacer caso omiso de este tipo de
anuncios; en el Oxxo de la esquina de mi oficina hay anuncios en donde avisan
que determinada persona ya no trabaja en esa tienda, ¿por qué? Seguramente ya
desfalcó a alguien y no quieren que se repita y lo dicen con el letrero “No se
deje sorprender” ¿Quiere decir que ya desfalcó a alguien?
En el aeropuerto, las
autoridades no confían ni en su misma seguridad, no confían en cada mostrador,
puerta de acceso de entrada a la sala o hasta la puerta del avión piden
identificación, ¿será que al rato, por seguridad, pedirán también la
identificación para ir al baño y certificar que uno es dueño de su vejiguita?
Nos hemos convertido en una
sociedad sin valores y con altos niveles de desconfianza, la protección de
datos está basada en la desconfianza generada por el spam y el robo de la
identidad; para cualquier operación comercial va la IFE por delante, hasta los
protocolos de los edificios de gobierno o corporativos le hacen a uno llenar
formatos por puro protocolo. Me ha
tocado ver en las listas de registros de visitantes en diferentes oficinas unas
medidas de seguridad impresionantes, pero al llegar a apuntar mi nombre, me
muero de risa ya que antes de mi está registrado desde Mickey Mouse, James Bond
hasta Batman, y los polis de veeegelanciaa, ni cuenta se dan.
Para los defensores a
ultranza de la integridad del mexicano y que dicen que no somos corruptos por
naturaleza, les hago la pregunta cándida, ¿si estas son las actitudes normales
de una sociedad en su trató diario, qué pasa cuando el mexicano tiene poder,
puesto político o empresarial y con esto la gran posibilidad de tener cinco
minutos de fama y hasta hacer negocios personales, se van a volver loquitos o
no, van a promover los valores o la corrupción?
Considero que ya es tiempo de
dejarnos de aventar cada cinco minutos con la bandera enredada en el cuerpo y
aceptar nuestra terrible debilidad y desconfianza como raza, para poder iniciar
el cambio que tanto nos hace falta y con esto empezar a hacer algo para cambiar
a las generaciones futuras ¿no creen?.
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