En estos últimos días, consultando la prensa
nacional me encontré que algunas figuras públicas, no confundir con líderes de
opinión, hicieron una serie de folclóricas declaraciones que encierran la
verdadera esencia del mexicano. Para muestra, un botón:
Cuauhtémoc Blanco,
futbolista, comentando sobre la Selección Nacional y su desempeño: “A Rafa
Márquez le falta ser más c…”
Ernesto Cordero, político
del PAN, al anunciar su candidatura por la presidencia del PAN: "En ninguna democracia es bueno que los partidos
de oposición sean comparsas del gobierno en turno."
Tomas Boy, director
Técnico del Atlas, refiriéndose al nuevo entrenador de la selección nacional: “Miguelito
es tan ingenuo que cree que está en la silla por su capacidad."
Nuvia Mayorga, Titular de
la Comisión de Pueblos Indígenas, al equivocarse al pronunciar algunos nombres
de pueblos michoacanos: “Es que luego sus nombres son medio raros.”
Federico Döring, Diputado
del PAN, al referirse al hecho de haber entregado los videos de Bejarano
recibiendo dinero: “Cárdenas y Rosario
estuvieron detrás de los video-escándalos
de hace diez años.”
Gregorio López, Sacerdote de Apatzingán, al entrar los grupos
de autodefensa a sacar al Presidente Municipal: “No soy yo, es el pueblo que
está reclamando.”
Al leer esto, sólo se me pudo venir a la mente el
antiguo chiste de los cangrejos mexicanos, que cuenta cómo unos pescadores que
atrapaban cangrejos en el mar, a la altura de la frontera entre México y
Estados Unidos, uno le preguntaba al otro por qué sólo se preocupaba por tapar
la cubeta con cangrejos americanos; el pescador explicaba desenfadado: los
cangrejos americanos y de otro países hacen pirámides y se salen, los
mexicanos, cuando uno quiere salir, los demás lo bajan.
En estos pleitos públicos, nos podemos dar cuenta
que aún nos falta mucho para ser dejar atrás los pleitos y las escusas, siempre
nos la pasamos echando culpas y no tomando las riendas de la construcción de
nuestro futuro. El país está tratando de cambiar, pero nuestras “figuras
públicas”, al parecer, no se dan cuenta. Como decía el comediante Héctor Suárez
en su programa de crítica social, ¿Qué nos pasa?
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